Una tradición que tenemos mi amiga Ángela y yo, es decorar en
la semana previa a Halloween una calabaza.
Una gran excusa para marujear y pasar la noche riéndonos y
poniéndonos al día.
Este año trabajamos con mis herramientas de carvado de
sellos, mis queridas gubias.
Dentro del proceso, os diré, que dependiendo de lo profundo
que talles la piel de tu calabaza, dejará entreverse, más o menos, la luz de la
vela.
¿Te animas a tallar tu calabaza?
Happy Halloween
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